Los resultados favorables de un estudio de Coparmex generan confianza en los empresarios, señala José Antonio Loret de Mola

En los resultados de Data Coparmex —herramienta diseñada para analizar los temas públicos y económicos más relevantes en cada entidad— se pueden apreciar aspectos muy positivos para Yucatán, lo que genera un ambiente de optimismo en el sector privado local.

Sin embargo, prosigue José Antonio Loret de Mola Gómory, presidente del Centro Empresarial de Mérida, el informe también muestra que existen importantes áreas de oportunidad en las que hay que trabajar y en las que se espera que actúe el gobierno estatal.

Por esta razón, considera, es un dato relevante el alto índice de aprobación del gobierno de Mauricio Vila Dosal, a quien valora positivamente el 65% de los empresarios locales, sólo superado por el 66% de aceptación del mandatario de Querétaro, el también panista Francisco Domínguez Servién.

Vila y Domínguez no sólo son los dos gobernadores mejor evaluados, sino los únicos que superan el 50% de calificación positiva. En general, los empresarios del país están molestos con el desempeño de sus gobernadores, el de Chiapas, por ejemplo (el morenista Rutilio Escandón), tiene un rechazo del 97%.

Entre las “áreas de oportunidad”, Loret de Mola señala que Yucatán está arriba del promedio en el gasto anual que realizan las empresas para cumplir el marco regulatorio. “Esto sugiere que debe haber un mayor esfuerzo de las autoridades para apoyar a las empresas, lo que ya está atendiendo el gobierno del Estado, como lo demuestra la reciente firma de un convenio con la OCDE para este tema”, dice.

Yucatán obtiene buenas calificaciones en casi todos los indicadores, añade. “Y aunque si bien es cierto que hay recursos del erario por aclarar ante la Auditoría de la Federación, que corresponden a la anterior administración, se tiene una deuda pública manejable, un buen crecimiento económico —que aún puede mejorar— y un clima adecuado para los negocios”.

Sobre el último tema, destaca la confianza del sector privado, que aumentó de 47% en febrero de 2018 a 50% en el mismo mes de 2019, “lo que seguramente se traducirá en mayores inversiones e impulso económico para el Estado, con los consiguientes beneficios sociales”.

Nueva realidad

El economista Amenoffis Acosta Ríos, director del Centro para la Competitividad de Yucatán (CCY), llama la atención en que los cambios en el contexto político del país y de la entidad —tenemos nuevo presidente de México y nuevo gobernador, destaca—, es fundamental contar con información crítica y datos oportunos para poder revisar objetivamente la efectividad de las políticas públicas.

Loret de Mola y Acosta Ríos concluyen la presentación de los resultados del informe con observaciones a los últimos cinco indicadores: Confianza empresarial, gasto regulatorio, Deuda sin sentido, Dinero prófugo y Marcaje a mi gobierno.

Valor intangible

El indicador Confianza empresarial monitorea el estado de ánimo de los empresarios respecto a la situación económica estatal. En específico, mide del 0 al 100 sus planes para invertir, su optimismo.

Como señaló Loret de Mola, Yucatán, con el 50.4%, está cerca del promedio nacional (50.9%).

A diferencia de los otros nueve, donde hay diferencias muy marcadas, este indicador está parejo: el que menos, tiene 49.2% (Campeche) y el que más, 51.1% (Oaxaca). “Los empresarios estamos en el ánimo de que si se puede invertir hay que hacerlo, pero necesitamo que el gobierno colabore poniendo las condiciones, como él mismo ha insistido en que es su obligación”, comenta Amenoffis.

En el plano nacional, de los tres sectores el manufacturero es el que muestra mayor optimismo, con 51.3%, pero con retrocesos en el comercio (49.8%) y la construcción (47.8%). En sólo cuatro estados los empresarios dan señales de pesimismo: Campeche (49.2%), Baja California Sur (49.8), Guerrero (49.9) y Quintana Roo (49.9).

Esta información es importante porque la confianza del sector privado es síntoma de un mejor entorno económico que motiva el aumento de la inversión, comenta el presidente de Coparmex. Más aún, la confianza es un ingrediente del crecimiento, por lo que este dato podría ayudar a definir estrategias que impulsen la actividad empresarial en nuestra entidad.

La siguiente variable, Gasto regulatorio , muestra que en Yucatán las empresas deben pagar $54,221 al año para cumplir sus obligaciones legales, mucho más que los $48,871 del promedio nacional.

Las entidades donde las empresas pagan menos son Hidalgo ($14,457), Chiapas ($15,289) y Morelos ($20,113).

“Yucatán es un lugar donde sale caro cumplir las leyes. Hay que recordar que nuestro mercado es pequeño y los salarios están al alza, por lo que el gasto regulatorio repercute en la productividad y competitividad de nuestras empresas”, señala el director del CCY. “Esos recursos utilizados para cumplir con estas obligaciones deberían ser aprovechados en actividades más rentables y en acciones enfocadas a generar más empleos. “Debemos ver esto como un reto”.

La idea de la variable Deuda sin sentido es medir el endeudamiento público del estado en relación con el tamaño de su economía y de su presupuesto. En concreto redimensiona la deuda pública en términos per cápita y presenta un semáforo de su sostenibilidad: está en rojo cuando la deuda estatal es mayor que los ingresos de libre disposición y verde cuando a lo sumo llega a la mitad de esos ingresos.

¡Cuidado!

En este indicador Yucatán está “razonablemente bien”, producto de una deuda pública de $1,892 per cápita, por lo que su semáforo marca verde. “¡Qué bueno que estamos más o menos contenidos!, pero el gobernador y sus secretarios dicen todos los días que tenemos menos ingresos que otros años por los recortes. Y esta realidad, que afecta a todas las entidades del país, es una gran tentación para endeudarse”, advierte Acosta Ríos.

“Debemos estar muy pendientes de este indicador, para que cualquier cosa que pinte a deuda se discuta, se analice a profundidad y si se llega a hacer, se justifique plenamente”.

La variable Dinero prófugo mide el dinero del erario que está “desaparecido” y que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha pedido a los gobiernos estatales que lo restituyan o den a conocer su destino.

“En el argot de Coparmex se le llama prófugo porque nadie sabe qué pasó con ese dinero, no está sustentado su gasto”, indica el director del CCY.

El reporte está basado en información que la ASF actualiza cada cuatro meses. Con base en esas cifras, se da un seguimiento a la evolución de las recuperaciones que cada gobierno estatal ha logrado

En el país hay $47,000 millones de los presupuestos de los estados correspondientes a 2017 que la ASF pidió que sean aclarados.

El gobierno de Rolando Zapata tiene pendientes $263 millones, señala el documento. “No se está acusando a nadie, no se está diciendo que esos recursos hayan sido robados, simplemente se indica que la ASF pidió que se justifique su gasto”.

El último indicador, Marcaje a mi gobierno, muestra que el sector privado yucateco aprueba el trabajo realizado hasta ahora por Mauricio Vila Dosal, quien, piensan, en sus primeros tres meses ha cumplido las funciones para las que fue electo.

La media nacional es para alarmar a cualquiera: siete de cada 10 empresarios reprueba a su gobernador. Lo que los tiene más molestos es la inseguridad, la corrupción y la falta de apoyo al sector privado.

En 21 estados se redujo la proporción de socios que opinan favorablemente de su gobernador. Sólo los empresarios de Querétaro y Yucatán tienen una proporción por encima del 60%.

Con lo que ha hecho en el poco tiempo que tiene en el cargo, Vila Dosal ha generado confianza en el sector empresarial. “Esto también podría significar que en Yucatán nuestros gobernadores —Zapata Bello terminó con índices de aprobación cercanos al 70%— ya entendieron para qué los queremos y están haciendo lo que les corresponde”, sentencia el director del CCY.

Yucatán va en el camino correcto, continúa. Ahora hay que consolidar los avances y acelerar el paso, porque estos números sirven de poco si son llamaradas de petate, sólo son relevantes si son sostenidos en el tiempo. Allá es adonde tenemos que dirigirnos, tenemos que preguntarnos qué tenemos que hacer para que el crecimiento sea sostenido no en los próximos meses, sino en los próximos cinco, 10, 30 años. Hay ejemplos de que es posible lograrlo, pero nos lo tenemos que creer”.— Mario S. Durán Yabur

Mauricio Vila Dosal es el segundo mejor evaluado de todos los gobernadores del país en el informe Data Coparmex. Lo aprueba el 65% de los empresarios.

Diario de Yucatán.

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