Su gestión, dicen, no soportaría una revisión a fondo

El foro sobre las expectativas del nuevo gobierno estatal, del que hemos estado ofreciendo amplia información, devino por momentos en un proceso espontáneo de evaluación —no era el tema del encuentro— de la gestión de Rolando Zapata Bello.

Aunque no dejaron de señalar lo positivo, los cuatro analistas —Patricio Patrón Laviada, Luis Ramírez Carrillo, Rubén Calderón Cecilio y María Elena Solís Flores— reprobaron de manera unánime el desempeño del mandatario saliente. Incluso, se dijo que su designación “como gobernador mejor evaluado del país” subrayaba más que nada la teatralidad, la mentira de su labor al frente del Ejecutivo yucateco.

En esa tesitura, Patrón Laviada llegó a pedirle a Mauricio Vila Dosal que rompa de tajo con el estilo de gobernar de las dos últimas administraciones priistas, cuyo “principal acto fue tratar de engañar a la población”.

El exgobernador ve detrás de la insistente promoción de la “buena imagen” de Rolando un intento claro, premeditado, de falsear su figura con el dinero de los yucatecos, pero, todavía más grave, también de maquillar —o de plano esconder— cifras y datos.

“En el papel aparecen ciertos avances, pero en realidad hubo un enorme retroceso en Yucatán”, aseguró. “Una revisión a fondo de esos supuestos logros permitiría advertir que muchos son falsos y que otros fueron simples cambios generados desde el gobierno central, como el caso de la lucha contra la pobreza, en el que simplemente se modificó la manera de medir las variables”.

En la misma dirección, la consejera electoral Solís Flores criticó “esa imagen de que todo estaba bien en Yucatán”, tan falsa como el “feroz ataque a la corrupción”, presente en los discursos oficiales, pero que nunca se dio en los hechos.

También opinó que la llegada de grandes empresas y proyectos a la entidad podría llevar a pensar que en los últimos seis años todo el Estado registró avances significativos, pero no fue así. “Uno sale a las comunidades y hay un gran contraste”.

Hambre y pobreza

El exlíder cenecista Calderón Cecilio coincidió en que, pese a los constantes anuncios que buscaban convencer de una sólida recuperación económica, “la pobreza y el hambre siguen estando puntualmente presentes en la mayor parte de la entidad. Alarma ver las cuentas de las enormes inversiones en el campo y comprobar qué es lo que realmente llegó”.

También cuestionó la utilidad de las obras insignia del gobierno de Zapata y preguntó si era necesario llevar el hospital Materno-Infantil fuera de Mérida o trasladar el Congreso hasta los confines de la ciudad para construir en su lugar el subutilizado Palacio de la Música. Nadie pensó, dijo, en los campesinos, hombres y mujeres, que acudían todos los días al Congreso a ver a sus diputados para pedir algún apoyo y que ahora deben gastar dinero que no tienen para aventurarse a ver si está en la nueva sede.

Donde peor le fue al exgobernador Zapata Bello fue en el tema de la transparencia y la corrupción.

Calderón Cecilio, veterano militante priista, señaló que el tema de la inversión en los hospitales lleva aparejado “el robo y la corrupción, de los que están hartos los yucatecos”.

Cambio radical

Yucatán, resaltó la consejera del INE, necesita un cambio radical en materia de transparencia porque las autoridades han manejado con opacidad los recursos y la distribución de los apoyos.

El doctor Ramírez Carrillo denunció que existe en el gobierno, desde hace mucho tiempo, una estructura de lavado de dinero que ha servido para “legalizar” el desvío de recursos en la obra pública, que ha permitido enriquecerse a funcionarios con cada carretera, cada escuela, cada Palacio de la Música realizado.

“Se fue creando un esquema para desinformar a los ciudadanos con datos falsos. Fondos destinados a apoyar la producción agropecuaria, por ejemplo, fueron desviados para pagar a grandes empresas nacionales de comunicación”, insistió Patrón Laviada.

El gobierno aprovechó el silencio de la sociedad y el miedo de los partidos de oposición para simular que trabajaba por los pobres mientras se aliaba con los poderosos para “repartirse el pastel”.

Con Rolando Zapata, continuó, “se llegó a una corrupción nunca vista, superior a la del gobierno de Ivonne Ortega. Aunque parezca increíble, si se revisan a fondo los informes oficiales asomarán datos tremendos de corrupción”.

Más que preocuparse por el desarrollo de Yucatán, Rolando se enfocó en ser el más popular, concluyó.— Mario S. Durán Yabur.

Diario de Yucatán.

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